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jueves 08 de mayo de 2025

¿Es físicamente posible la teoría apocalíptica de la serie “El Eternauta”?

La última entrega de ciencia ficción de Netflix, muestra un planeta siendo destruido por la “ruptura” del cinturón de Van Allen. El astrofísico chileno César Fuentes analiza si es posible que esto ocurra en el planeta Tierra.

¿Es físicamente posible la teoría apocalíptica de la serie “El Eternauta”?

¿Es físicamente posible la teoría apocalíptica de la serie “El Eternauta”?

A pocos días de haberse estrenado “El eternauta” en Netflix, la serie ya logró volverse el contenido en español más visto en sólo una semana. Basada en la novela gráfica de Héctor Oesterheld, muestra una ciudad de Buenos Aires asolada por un apagón total y por la caída de una nieve tóxica que comienza a matar a gran parte de la población. 


Es en este contexto, en medio de la lucha por sobrevivir y sin saber qué está provocando el apocalipsis, Favalli, un profesor de física interpretado por César Troncoso, le comparte su teoría al protagonista, Juan Salvo (Ricardo Darín). La respuesta: se rompieron los cinturones de Van Allen, los polos se apagaron y comenzaron a liberar partículas radioactivas.


Si bien sabemos que esta serie y el libro en el que se inspiró perteneces a la ciencia ficción, ¿qué hay de cierto en esa teoría? Congreso Futuro conversó con el astrofísico y académico de la Universidad de Chile, César Fuentes, quien explica que “los cinturones de Van Allen son efectivamente una zona de la magnetósfera terrestre en la cual hay una mayor cantidad de partículas cargadas con protones y electrones, estas partículas cargadas. Estos iones, se tienden a mover a lo largo de líneas de campo magnético, y la magnetósfera y el campo magnético de la Tierra tiene estas partículas cargadas moviéndose del polo norte al polo sur a altas velocidades”.


Sin embargo, en la serie se plantea la idea de que al cortarse o apagarse estos cinturones o el campo magnético, caerían estas partículas, lo cual está en contraposición a lo que ocurriría según la física, principalmente porque en estos cinturones, en los cuales se mueven estas partículas cargadas muy rápido, la densidad es muy baja, no se acumulan materias, de manera que si es que uno le corta el campo magnético, estas escaparían probablemente y no se notaría porque son muy pocas estas partículas. 


El astrofísico añadió que “si es que uno pudiese apagar como un switch el campo magnético terrestre, a escala geológica ocurriría algo parecido a lo que le pasó a Marte, que al ser más pequeño y no contar con un campo magnético, las partículas de la atmósfera quedan expuestas a las partículas de alta velocidad que vienen del sol y con el tiempo se iría erosionando como cuando sopla el viento en una playa sacando la arenita, de manera análoga se iría perdiendo la atmósfera, pero a edades muchísimo más alargadas”. 


De todas formas, el Ph.D. en Astronomía de la U. de Harvard, recuerda que esta historia fue escrita en la década de los 50 y “cuando se escribió esta serie, fue en un momento en el cual el mundo se estaba armando nuclearmente y esto de la toxicidad que cae del cielo tiene un correlato bien cercano al peligro que presenta la misma humanidad para sí misma”.


Otras teorías de fin del mundo de la pantalla grande


Esta no es la primera vez que el cine o la televisión nos muestra un escenario apocalíptico o distópìco, en el que diferentes circunstancias hacen que el mundo esté cerca de la extinción por meteoritos, extraterrestres, pandemias, etc. 


En este sentido, César Fuentes indica que "a todas estas ideas de que la existencia se pudiera acabar, de esas que son bien improbables, hay algunas que han ocurrido antes y que conocemos, han permitido que la vida evolucione por un camino que termina en nosotros, de esa la más típica es el impacto de un asteroide, que si bien es bien poco probable, va a ocurrir en el futuro y, por lo mismo, dado que es una amenaza real, aunque poco, muy muy poco, muy improbable, se trabaja en conocer la amenaza, poder detectarla y eventualmente también se trabaja en desarrollar la tecnología que permita evadir ese riesgo”.


Otras derivadas de dicha extinción han venido de la mano de fenómenos geofísicos extremos, como la erupción de un supervolcán que podrían cubrir el cielo con cenizas e impedir que la luz solar alcance la superficie terrestre. No obstante, la vida en sí misma -en sus formas más resistentes- probablemente continuaría, lo que recuerda que no es la vida en general lo que está en peligro, sino la forma particular de existencia humana. 


Hay otros escenarios altamente improbables que aparecen en las películas, tales como la exploción de una supernova cercana, que podría tener consecuencias muy perjudiciales para la vida en la tierra. Sin embargo, no hay antecedentes que indiquen que un evento de este tipo sea una posibilidad en el futuro, ni siquiera en un futuro lejano. 


Sobre esto, el académico concluye que: “hay otras ideas a lo Terminator, en las que nos enfrentemos a la inteligencia artificial, que es mucho más factible, y con lo frágil que es la vida humana en la Tierra o nuestra civilización, creo que el fin o lo que uno pudiera considerar el fin del mundo es mucho más probable de que no sea natural, sino más bien venga de la mano de de nosotros mismos”.

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