Bióloga y doctora en Ecología. Su línea de investigación está inserta en el Cambio Global, específicamente estudiando las relaciones existentes entre el ser humano y su hábitat desde una perspectiva ecosistémica. Su tema principal ha sido determinar los efectos de la fragmentación de hábitat tanto sobre las especies como sobre funciones ecosistémicas, en diversos ecosistemas para desarrollar prácticas de conservación. En los últimos ocho años se ha comenzado a usar como modelo de estudio ecosistemas altamente perturbados y dominados por el ser humano como lo son ciudades y agroecosistemas. Actualmente tiene dos áreas de investigación. La primera busca involucrar a la industria del vino chilena en la conservación del ecosistema mediterráneo de Chile. Este ecosistema es importante no solo por proveer de servicios ecosistémicos esenciales para la productividad y calidad de los vinos, sino por asegurar una adaptación exitosa al cambio climático para las comunidades locales. Por otro lado, trabaja en ecología urbana en donde le interesa entender el rol de la infraestructura verde en ciudades y las zonas periurbanas, en la provisión de servicios ecosistémicos a la sociedad. El desarrollo de ambas áreas de investigación ha sido posible en base al trabajo interdisciplinario y al interés en la transferencia del conocimiento de primera mano a diversos grupos de la sociedad.